La vivienda, que ocupa una planta de 239 m2, entre planta baja y primera, se organiza en una parcela de primera línea en el campo de golf, con una distribución en L con la zona de día, salón, comedor y cocina en un único espacio con doble orientación al jardín de la entrada y el posterior donde se aloja la piscina.
La vivienda se plantea como una carcasa de hormigón que se moldea, se perfora y estira, formando en uno de sus extremos una proa que singulariza y da nombre al proyecto. Para reforzar esa personalidad tan marcada se ha usado un hormigón entablillado en horizontal, que suaviza las masas y hace la casa más ligera.