Se trata de una vivienda unifamiliar aislada de unos 200m2 en dos plantas, en las que las láminas y muros de hormigón generan una cáscara dura que alberga los espacios interiores, delimitados además por grandes paños de vidrio que potencian la relación con el exterior. El volumen de hormigón cierra un juego de planos horizontales que cobijan planos de piedra natural y vidrio, que se protegen a su vez con celosías de madera.